sábado, 25 de octubre de 2014

Rimini

Tal y como os adelante en el post de “Helados”, hemos hecho una ruta por la región italiana de Emilia Romaña. Nuestras paradas fueron: Milán – Bolonia- Modena – Rávena – Ferrara – Rimini. Todas se merecen hasta varios post, pero hoy vamos con ésta.

Rímini es un importante centro turístico de la costa adriática desde hace más de 160 años. Es una de las playas favoritas de los italianos. El montón de hoteles de todas las categorías y estilos son la mejor demostración de la cantidad de gente que acude cada verano a disfrutar de sus quince kilómetros de playa. Una opción para disfrutar del mar, sin necesidad de agobios playeros, es dar un paseo por las callejuelas de los barrios pintorescos de pescadores o por la Via Sinistra del Porto hasta las pequeñas atarazanas y el faro.

Pero Rimini tiene más que ofrecer. Fue fundada por los romanos en el 268 a.C., en el emplazamiento donde llegaba la vía Flaminia y partía la vía Emilia, con el nombre de Ariminum. Su centro histórico es compacto y no demasiado grande, una mañana es suficiente para visitar los puntos más emblemáticos.

Se puede empezar a descubrir la ciudad en el Arco de Augusto, que data del año 27 a. C. Es el más antiguo que ha llegado íntegro a nuestros días, con lo que es una de las grandes joyas italianas. El Anfiteatro y el Puente de Tiberio son otros ejemplos de los monumentos de esta gran civilización que ha llegado hasta nuestros días.

El Puente romano de Tiberio, inaugurado en el año 21 d.C. es un puente de cinco arcos de 62.6 metros de largo, construido en mármol blanco y que conserva aún algunas inscripciones originales. El mármol pulido, erosionado, gastado, nos da una idea de los miles de personas que lo han cruzado y como aguanta el paso del tiempo.
Puente de Tiberio - Rimini

Si avanzas un poco por las callejuelas, se llega a la PlazaCavour, con unos imponentes edificios entre los que destaca el Palazzo dell’ Arengo e Podestà y la Pescherie Vecchie o antiguo mercado de pescado con unos largos mostradores de mármol bajo sus arcadas. El Palazzo dell’ Arengo e Podestà nos habla de la Edad Media de Rimini, con sus frescos del siglo XIV de la Iglesia de San Agustín, inspirada en la Iglesia bizantina de Santarcangelo.

También se puede visitar uno de los yacimientos arqueológicos más originales, el Domus del Chirurgo, una casa de un cirujano que data del siglo III.

Otro de los monumentos que merece la pena visitar es el Templo Malatestiano, un edificio inacabado y a primera vista difícil de encuadrar en una época concreta. En principio se trataba de la catedral de Rímini o Iglesia de San Francisco, ya que su fundación en el siglo XIII fue obra de los franciscanos. Hacia mitad del XV el mecenas Segismundo Malatesta ordenó una total remodelación que quedó inacabada cuando éste falleció. Su idea inicial era construir un templo con las funciones de panteón para su familia. Es curioso su aspecto exterior que recuerda más bien un templo clásico que una iglesia. Segismundo Malatesta era un hombre no creyente y no quería ningún símbolo sagrado decorando su obra.
Templo Malatestiano - Rimini


Una vez visitado Rimini, si no quieres disfrutar de sus playas hay varias opciones: visitar la República de San Marino que se encuentra a menos de 30 kilómetros o alguno de los once parques temáticos que hay en sus proximidades (los más recomendables son: el Acuario de Cattolica, el Parque Oltremare, Aquafan de Riccione e Italia en miniatura

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