La Ruta del Cister está formada
por las comarcas catalanas que tienen un monasterio cistercense. Esas comarcas
son: Urgell que tiene Santa Maria de Vallbona (en la provincia de Lérida), la
Conca de Barberà donde está Santa María
de Poblet (que es Patrimonio de la Humanidad) y el Alt Camp que tiene Santes
Creus (estos dos últimos en la provincia de Taragona). Siguiendo la línea que
une estos tres monasterios principales podremos conocer la cultura, la
naturaleza y las tradiciones de esta zona. Esta ruta se puede realizar a pie (por etapas),
en bici o en coche.
Un sitio inmejorable para
comenzar la ruta es el monasterio de Santa María de Santes Creus (Aiguamúrcia).
En el siglo XII se construyó esta abadia cistenciense. Su mayor momento de
esplendor fueron los siglos XIII-XIV gracias al favor del linaje real. Pedro
III y Jaime II de Aragón y su mujer Blanca de Anjou lo escogieron como panteón.
Santes Creus presenta la organización
típica de un monasterio de la orden cisterciense: la iglesia, el claustro y sus
dependencias, situados de acuerdo con un sistema estricto, perfectamente
resuelto, alrededor del claustro principal.
Una vez visitado, atravesaremos
la comarca del Alt Camp hasta su capital, Valls. Aquí se puede pernoctar y
disfrutar de sus monumentos (destacan a capilla del Roser y el conjunto de
edificios modernistas y noucentistas). Valls es conocida como la capital del
calçot, por lo que si realizamos esta ruta entre enero y marzo se podrá
disfrutar de ellos.
La ruta continúa hacia la comarca
de la Conca de Barberà, para visitar sus dos poblaciones principales:
Montblanc, del cual ya os hable en este post con un
conjunto urbano medieval muy bien conservado, rodeado por espléndidas murallas,
con sus 17 torres y cuatro portales, y L’Espluga de Francolí, nos detendremos
para visitar su iglesia vieja de San Miguel y la bodega cooperativa, actual
Museo del Vino, un espléndido edificio modernista y noucentista. Montblanc es un sitio ideal para
dormir, los peques se sentirán como auténticos caballeros.
En L´Espluga de Francolí, se
puede realizar el recorrido interior por las Cuevas de l´Espluga. Es un
recorrido didáctico, con recreaciones de la vida de los primitivos. A los más
peques, puede ser que al principio les de un poco de miedo, pero seguro que
luego están encantados.
La siguiente etapa es el segundo
monasterio cisterciense de la ruta: el de Santa María de Poblet (en Vimbodí).
Es el más grande de los tres monasterios cistercienses de la ruta. Esta situado
al pie de las montañas de Prades y el bosque de Poblet. Posee desde una iglesia
(con varios sepulcros reales) y claustro primitivos (siglos XII-XIV), con las
estancias que lo rodean (sala capitular, refectorio, biblioteca, dormitorio,
lavatorio, bodega), hasta diversos edificios de varias épocas hasta el siglo
XVIII: el Palacio Abacial, las capillas de Sant Jordi y Santa Caterina, el
Palacio Real, el antiguo claustro de Sant Esteve y la sacristía nueva, entre
otros.
Además, en Vimbodí, podremos
conocer el Museo del Vidrio. Si quereis enseñar a los niños como se fabrica de
forma artesanal un vaso o un jarrón de vidrio, este es el lugar indicado.
Si vais a realizar la ruta completa compensa comprar unas
entradas combinadas para familias. En este enlace podéis encontrar todos los
precios. En la página oficial también podéis encontrar un montón de actividades para
realizar en familia en esta zona: http://www.larutadelcister.info/es
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