Guadalest es un pequeño municipio situado en
el interior de la provincia de Alicante, una pequeña joya para descubrir con
los peques. Es pueblo de montaña fundado por los árabes en un lugar remoto,
bello y sobre todo estratégico, situado en un valle, rodeado por las sierras de
Aitana, Xortà y Serrella.
Está a unos 60 km de Alicante y
las dos maneras más sencillas de llegar son: bien por la carretera CV-70 en La
Nucia o en Polop de la Marina y desde aquí
hasta nuestro destino; o bien por la carretera CV-755 en Altea la Vella,
pasamos por Callosa d`En Sarrià y finalmente llegamos a El Castell de
Guadalest.
Desde 1974, Guadalest ostenta el
título de pueblo Histórico-Artístico.
Cuenta con dos castillos, el de San José, construida por los musulmanes,
que ofrece unas vistas de postal; y el Castillo de la Alcozaiba, del cual solo
queda una gran torre, desde donde se puede ver el embalse de Guadalest.
La Casa Orduña, una casa noble
que tiene mobiliario y decoración propia del siglo XIX, es otro sitio de parada
obligada.
Merece la pena pasear por el
pueblo y disfrutar de las casas blancas, pegadas a la roca, callejuelas
estrechas adoquinadas, los miradores que
dan al valle.
Guadalest, aunque es una
población de pequeñas dimensiones, posee los museos más raros de la provincia
dedicados a objetos como la tortura, microminiaturas, belenes, vehículos
históricos, miniaturas y esculturas gigantes, casas de muñecas… e incluso un
museo dedicado única y exclusivamente a saleros y pimenteros, más de 20.000
realizadas con todo tipo de materiales y diseños que van desde gallinas hasta
astronautas. La entrada al museo de saleros y pimenteros son 3 euros para los
adultos y 1 euro para los niños. Está abierto todo el año.
En el museo de las microminiaturas,
con unas lupas potentes podemos ver la Estatua de la Libertad dentro del ojo de
una aguja, la Maja Desnuda de Goya pintada en el ala de una mosca, un elefante
modelado en los ojos de un mosquito, el Guernica de Picasso pintado en una
semilla, una pulga vestida de torero, y muchas más cosas sorprendentes. Es un
éxito asegurado con los niños. La entrada son 4 euros para los adultos y 3
euros para los niños. Está abierto todo el año.
Otra opción es acercarse al
embalse que recoge las aguas del Guadalest. Allí hay una pequeña embarcación
dotada de energía solar que ofrece excursiones alrededor del pantano.
Aunque el peso del turismo es
notorio, bares, restaurantes, hostales, montones de tiendas de recuerdos, no se
puede dejar de visitar uno de los rincones más bonitos de la provincia de
Alicante.
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