Fuera del circuito turístico, Turquía esconde auténticas maravillas. En Turquía hay dos montes Nemrut. El primero es el objeto de este post, donde están las huellas de la cultura Kommagene y que está situado en la provincia de Adiyaman. El segundo está 500 km. al este, en Van y que es famoso por los lagos de su cráter.
A 40 km al norte de Kahta y cerca de Matlaya, se encuentra el Monte Nemrut del que os quiero hablar. En la cima de esta montaña de 2.134 m de altura puedes encontrar las estatuas pertenecientes a una tumba del siglo I a. C. Este lugar esta declarado como Patrimonio de la Humanidad por parte de la UNESCO desde 1987.
Y si, se puede viajar con niños, en viaje organizado o por vuestra cuenta. Y no somos los únicos que opinamos así; mis admirados "un mundo para tres", ya se pasearon con Álvaro por estos lares siendo bien pequeño.
Los meses de invierno no son recomendables (Octubre - Abril), ya que arriba hasta en los meses de verano hace frío. Si preferís algo organizado, hay tours desde Kahta que cuestan entre 40 y 50 euros. Si preferís viajar por vuestra cuenta, se puede llegar con el coche hasta el aparcamiento de la cima, y desde allí caminar 20 minutos hasta las explanadas donde se encuentran las esculturas.
Os cuento que tiene de maravilloso este lugar. En el año 62 a.C., el rey Antíoco I Theos de Kommagene ordenó decapitar la montaña y crear su santuario y túmulo funerario. El santuario flanqueado por enormes estatuas de unos ocho metros de altura) de sí mismo, dos leones, dos águilas y diferentes dioses armenios, griegos y persas, como Hércules, Zeus, Tique y Apolo-Mitra. Estas estatuas estaban sentadas en tronos, repartidos en dos terrazas diferenciadas, una al lado este y otra al oeste del propio túmulo funerario. Ahora, las cabezas de las estatuas están esparcidas por el suelo.
Nemrut no sólo es fantástico por las estatuas gigantes, también posee un paisaje y unas vistas espectaculares. Es recomendable ver el amanecer o el atardecer. Al estar en lo más alto de la zona se puede contemplar un paisaje único, repleto de montañas, barrancos y pequeñas localidades abajo. Y además es asombroso ver las diferentes tonalidades que van adquiriendo las inmensas esculturas a medida que aparece o desaparece el sol.
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